LAS TRADUCCIONES DE ENERGUMEN PARA LA PESTE FURTIVA


“Hice esta traducción como un juego interpretativo –disfruto jugar con las palabras– pensando en todxs aquellxs que se rebelan contra todo lo sagrado, contra toda sociedad, contra toda colectividad, contra toda ideología, contra toda abstracción que variadas autoridades tratan de imponer sobre nosotrxs como un «poder superior».” (Energumen)

“Todo Estado es despótico, sea el déspota uno, sean varios, o (y así se puede representar una República) siendo todos Señores, o sea cada uno el déspota del otro. Este último caso se presenta, por ejemplo, cuando, a consecuencia de un voto, una voluntad expresada por una Asamblea del pueblo llega a ser para el individuo una ley a la que debe obedecer o conformarse. Imagínense incluso el caso en que cada uno de los individuos que componen el pueblo haya expresado la misma voluntad, supongan que se haya “realizado” la “voluntad general”; la cosa vendría aún a ser la misma. ¿No estaría yo ligado, hoy y siempre, a mi voluntad de ayer? Mi voluntad, en ese caso, estaría inmovilizada, paralizada. ¡Siempre esa desdichada estabilidad! ¡Un acto de voluntad determinado, creación mía, vendrá a ser mi Señor! y Yo que lo he querido, Yo el creador, ¿me vería trabado en mi carrera, sin poder romper mis lazos? Y porque ayer Yo fui un imbécil, ¿tendría que serlo toda mi vida? Así pues, en la vida estatal, yo soy en el mejor de los casos –podría decir también en el peor de los casos– un esclavo de Mí mismo. Porque ayer tenía una voluntad, hoy careceré de ella; Señor ayer, seré esclavo hoy.” (Max Stirner)


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